Tras casi dos semanas de carrera, la Vuelta a España 2023 llegaba a su etapa reina: Formigal. Huesca la Magia > Col du Tourmalet. Iba a ser la tercera vez que La Vuelta pasara por el mítico Col du Tourmalet, tan típico en el Tour de Francia —se intentó en 2021 pero Francia cerró la frontera debido al Covid—.
Como no podría ser de otra forma, teniendo semejante etapa a poco más de tres horas en coche, metimos la bicicleta en el coche y nos fuimos para allí. Hicimos noche en Lourdes para poder llegar prontro y no tener problemas de aparcamiento.
Camino del Tourmalet
Desde hacía muchos días, las previsiones meteorológicas —¡oh, sorpresa!— daban probabilidad de lluvia. Conforme avanzaron los días las previsiones fueron mejorando pero, incluso el día de antes, seguía habiendo cierta probabilidad de lluvia ligera.
Daba igual, el Tourmalet siempre ha estado en la lista de puertos a subir y ésta era una oportunidad de oro —aunque cambiaríamos el plan para prevenir ese mal tiempo—.
Como las previsiones meteorológicas no eran las mejores, en lugar de ir y volver pedaleando desde Lourdes —saldrían unos 100 km con algo menos de 1500 m de desnivel positivo acumulado—, se decidió ir en coche hasta Luz-Saint-Sauveur y empezar directamente a pie de puerto.
Subida al Tourmalet
Aunque no sepas nada de ciclismo, es muy probable que hayas oído hablar del mítico Tourmalet. —es probablemente el puerto del Tour de Francia que antes escuché de niño—. Siempre hemos escuchado que es un puerto fuera de categoría y que su última parte es «desmoralizante» pero, ¿es para tanto?
Sí, todo lo que se dice de este puerto es verdad y más.
Estando como estamos acostumbrados a subir puertos, hay que reconocer que el Tourmalet es otra cosa. Hay puertos más duros, cierto, pero éste, tal vez por su historia y todo el misticismo que le rodea, está a otro nivel.
Es un ascenso prácticamente constante al 7-8% durante 19 km. No hay grandes muros —o quizás sí en los últimos 500 m—, el puerto en sí lo es. Tal vez la primera parte se lleva mejor auque tal vez sea porque vas más fresco. Vas subiendo y vas viendo cómo cambia el paisaje. Cuando desaparecen los árboles tomas consciencia de que eso va en serio.
A partir de Super Barèges la cosa se complica. Primero porque la pendiente se endurece un poco —ya hay porcentajes del 10 %— y, segundo, porque ves en todo momento la llegada y te parece imposible que vayas a llegar hasta allí arriba en menos de 5 km.
El dolor es temporal, pero la gloria es eterna. Tras casi dos horas de subida —a nuestro ritmo dominguero—, se llega arriba y, amigo, amiga, esto ya no te lo quita nadie: Tourmalet conquistado.