Un paseo por Turín

Turín
Turín

Turín —Torino en italiano y Turin en piamontés—, al noroeste de Italia —a escasos 100 km de distancia de Francia por el oeste y 120 km de Suiza por el norte, con los Alpes como frontera natural— y con una población que supera los 900.000 habitantes, es actualmente la tercera ciudad más rica del país y una de las más industrializadas.

La ciudad tiene una gran importancia histórica para lo que hoy conocemos como Italia. Residencia de la Casa de Saboya —casa real italiana—, en 1861  se convirtió en la primera capital de Italia tras la Unificación italiana, siendo uno de los centros políticos más importantes de Europa.

Visitar Turín

Turín es una ciudad que se puede recorrer fácilmente andando, al menos su centro histórico. Los principales puntos turísticos se encuentran relativamente cercanos unos de otros, por lo que puedes ir dando un paseo e ir visitándolos tranquilamente. Aun así, si prefieres ahorrar fuerzas, la ciudad cuenta con una buena red de transporte público: tranvías, metro —aunque solo hay una línea y no tiene parada dentro del centro histórico—, autobús, etc.

El centro histórico de la ciudad es monumental, a cada paso que das te encuentras con un edificio más impresionante que el anterior. Paseando por sus calles, sin duda, queda patente su importancia histórica, aunque en cuanto te sales del centro la cosa cambia: graffiti, asfalto en mal estado, personas sin hogar, etc.

Conociendo el centro histórico

Piazza San Carlo
Piazza San Carlo

En mi reciente visita a la ciudad no disponía de mucho tiempo para hacer turismo, así que diseñé un itinerario que, muy a mi pesar, no incluía ninguna visita a ningún museo; el objetivo era conocer la ciudad y en futuras visitas disfrutar de la calidad de sus museos —entre ellos el famoso museo egipcio, el segundo más importante del mundo solo por detrás del de El Cairo—.

Una buena forma de empezar nuestro paseo es por la famosa piazza San Carlo. Si acabas de llegar a la ciudad, es muy probable que lo hayas hecho en la estación de Porta Nuova o en sus alrededores —justo en frente, en la piazza Carlo Felice, paran los autobuses que vienen del aeropuerto— así que llegar a esta plaza te será muy sencillo: simplemente tienes que andar recto dejando a tu espalda la estación. La piazza San Carlo es una de las plazas más importantes de Turín y es habitual que en ella tengan lugar celebraciones, reuniones, protestas, etc.

Palazzo Madama
Palazzo Madama

Si seguimos avanzando, llegaremos a la plaza más importante de la ciudad: la piazza Castello. Esta plaza es el corazón histórico de Turín. En ella se encuentran lugares tan significativos como el Palazzo Madama —una de las “Residencias de la casa real de Saboya” declaradas Patrimonio Mundial— y el Palazzo Reale —también perteneciente a las “Residencias de la casa real de Saboya” y, por lo tanto, Patrimonio Mundial—. Durante mi visita la fachada del Palazzo Madama estaba parcialmente en obras, pero aun así se podía ver lo curioso de este edificio: por un lado, tiene la fachada típica de un palacio barroco del siglo XVIII y, por el otro lado, es un castillo del siglo xv. Me recordó al castillo de Toompea de Tallin, Estonia.

Porta Palatina
Porta Palatina

Atravesando la cancellata di Palazzo Reale, es decir, la puerta de entrada al palacio real, y continuando por la izquierda, llegaremos a la catedral de Turín —oficialmente Catedral Metropolitana de San Juan Bautista—. Yo no sé mucho, más bien nada, de arte ni de arquitectura, pero la catedral me pareció algo sencilla en comparación con otras de Italia. Realmente, el gran atractivo que tiene esta catedral es que allí se encuentra la Sábana Santa, una de las reliquias mitológicas más famosas del mundo. Al contrario de lo que se podría pensar, visitar esta reliquia es gratis.

Desde la misma puerta de la catedral veremos la Porta Palatina, una de las dos puertas romanas que se conservan; la otra está en el Palazzo Madama —las dos torres restauradas—, algo que nos permite hacernos una idea muy clara del tamaño de la antigua ciudad romana de Castra Taurinorum, posteriormente Augusta Taurinorum. Podemos acercarnos andando hasta la puerta e, incluso, atravesarla andando.

Cripta del Santuario della Consolata
Cripta del Santuario della Consolata

A partir de este momento, los siguientes puntos de interés están un poco más desperdigados, pero realmente merecen la pena visitarlos:

  • Santuario della Consolata. He visitado muchos edificios religiosos en mi vida, pero reconozco que este santuario es, probablemente, uno de los que más me ha impresionado. Nada más entrar llama la atención la calidad de sus materiales y la cantidad de decoración —sin resultar desbordante— que hay. Sin duda es algo digno de ser visitado.
  • Mole Antonelliana. El símbolo más reconocible de Turín, fue el edificio de albañilería más alto de Europa. Inicialmente, iba a ser un templo judío, pero debido a algunos problemas en la construcción y el aumento de costes, al final se lo quedó el ayuntamiento.
  • Monte dei Cappuccini. Muy probablemente, si alguna vez has visto una fotografía de Turín, esta esté hecha desde este monte. En lo alto de esta colina se encuentra Chiesa di Santa Maria del Monte dei Cappuccini y, justo delante, uno de los mejores miradores, si no el mejor, para contemplar la ciudad con los Alpes de fondo —si el tiempo lo permite, claro—.
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