Archiginnasio de Bolonia

La ciudad italiana de Bolonia es famosa, entre otras muchas cosas, por ser sede de la considerada universidad occidental más antigua del mundo. Por ello, no es de extrañar que en la ciudad encontremos joyas como el Archiginnasio —dentro de los Pórticos de Bolonia, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO—.

Historia del Archiginnasio de Bolonia

Archiginnasio de Bolonia
Archiginnasio de Bolonia

Construido en 1563, el Archiginnasio de Bolonia fue la primera sede permanente de la Universidad de Bolonia. Su principal objetivo fue centralizar las escuelas donde se impartían clases de derecho, filosofía, medicina y otras disciplinas dispersas por la ciudad. Su construcción coincidió con el final del Concilio de Trento, reflejando la tendencia centralizadora del Estado Pontificio.

Diseñado por el arquitecto Antonio Morandi, el Archiginnasio marcó el comienzo de la renovación urbana, incluyendo la creación de la Piazza Maggiore y el «Hospital de la muerte».

El palacio presenta un largo pórtico con columnas de piedra y alberga diez aulas escolares y dos aulas magnas. Destaca el teatro anatómico —reconstruido tras ser bombardeado en 1944— y la capilla de los Bulgari, con frescos de Bartolomeo Cesi.

Además de la universidad, el Archiginnasio ha albergado las Escuelas Pías y actualmente la biblioteca comunal, que cuenta con una amplia colección de libros raros, manuscritos y grabados.

A lo largo de su historia, la universidad atrajo a estudiantes de todo el mundo, incluidos españoles como Antonio de Nebrija y Francisco López de Gómara. Aunque la sede universitaria se trasladó al palacio Poggi en 1803, el Archiginnasio sigue siendo un centro cultural importante en Bolonia.

Visita al Archiginnasio de Bolonia

Biblioteca del Archiginnasio
Biblioteca

Se puede visitar todos los días de la semana a excepción del domingo que está cerrado.

La entrada tiene un coste de 3,00 € y se puede comprar directamente en la taquilla o en https://ticket.midaticket.it/teatroanatomicobologna/Events. Si compras la entrada en la página web tendrás que pagar un extra de 0,50 €, pero a cambio te aseguras tener sitio para el día y hora deseado —sobre todo en temporada alta—.

La entrada te da derecho a visitar el teatro anatómico, la antigua aula magna de derechosala dello Stabat Mater—, ver la biblioteca —desde fuera, no se puede entrar— y recorrer los pasillos decorados con los escudos de los antiguos alumnos.

El patio interior sí se puede visitar gratuitamente, aunque teniendo en cuenta el coste de la entrada, es más que recomendable hacer la visita entera.

Las visitas son libres —no hay opción de guía, aunque hay códigos QR con información—. El primer acceso es a las 10:00 y el último a las 17:30.

Teatro anatómico

Teatro anatómico de Bolonia
Teatro anatómico

Llamado teatro por su característica forma de anfiteatro, fue diseñado en 1637 para las lecciones anatómicas por el arquitecto boloñés Antonio Paolucci.

Está revestido de madera de abeto y decorado con dos filas de estatuas. En la parte inferior, representan a doce médicos y, en la parte inferior, a veinte anatomistas. La silla del lector está flanqueada por dos estatuas esculpidas en 1734 —diseño de Ercole Lelli—, que servían para visualizar el cuerpo humano como un libro abierto. Sobre el dosel, una figura femenina sentada, alegoría de la anatomía, recibe como homenaje un fémur en lugar de una flor.

La sala anatómica sufrió gravísimos daños a causa del bombardeo que destruyó esta ala del edificio el 29 de enero de 1944. Fue inmediatamente reconstruida después de la guerra, reutilizando las esculturas originales que, afortunadamente, fueron recuperadas de las ruinas. Actualmente, es uno de los teatros anatómicos más antiguos conservados.

La función de anatomía pública era una ceremonia abierta al público, que se celebraba entre las fiestas de San Antonio Abate, el 17 de enero, y el final del carnaval. De hecho, a menudo también participaban personas enmascaradas y extranjeros que visitaban la ciudad. El lector, es decir el profesor de anatomía, se sentaba en el aula y leía los pasajes que se referían a la operación en los textos clásicos. El grabador realizaba las disecciones y mostraba la pieza anatómica. A menudo, los cadáveres diseccionados pertenecían a los ejecutados por el tribunal penal.

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