Reseña de “Taanilinna Hotell”
El «Taanilinna Hotell» se encuentra junto a la muralla de la ciudad antigua de Tallin —a pocos metros de la famosa puerta Viru—, lo cual es ideal para visitar la ciudad —te evitas tener que coger cualquier transporte público—.
A pesar de estar tan céntrico, es un alojamiento muy tranquilo —apenas te das cuenta de que hay más huéspedes—. Está decorado de forma sencilla pero con muy buen gusto. Se nota que el mobiliario es genuino y que está perfectamente mantenido.
Mi estancia
Me alojé tres noches en una habitación doble en régimen de solo alojamiento. Existía la opción de contratar el desayuno día a día. En total fueron 122,25 €.
La habitación tenía un tamaño adecuado para ser una habitación doble —uno se podía mover sin problemas—. Tenía una cama doble muy cómoda, aunque las almohadas podrían haber sido al mejor. Disponía de un amplio escritorio con una silla, una pequeña nevera y un armario de buen tamaño. Como detalle, contar que también proporcionaban zapatillas de casa —por su puesto te las podías quedar—.
El baño también tenía un buen tamaño. Estaba perfectamente limpio y disponía de todo lo necesario para disfrutar de la estancia: toallas, jabón de manos, gel, champú, acondicionador y loción corporal. Mención especial merece la ducha, que era muy amplia y agradable.
Las zonas comunes de libre uso eran muy agradables. Tenían una amplia terraza —con un palmo de nieve, no se pudo disfrutar— con varias mesas y sillas. También había una zona de cocina con microondas, máquina de café, hervidor de agua, etc., ideal para poder comer o cenar.
La valoración general es muy positiva. La relación calidad-precio no podría ser mejor.