El Salto de Roldán se sitúa en la Sierra de Guara, en la provincia de Huesca. Se trata de una formación compuesta por dos enormes mallos —columnas de conglomerado esculpidas por los ríos, en este caso por el río Flumen—: al oeste encontramos la Peña de San Miguel (1.126 m) y al este, la Peña de Amán (1.121 m).
Gracias a su fácil acceso y a su cercanía a la ciudad de Huesca —poco más de media hora en coche—, es una visita bastante popular y para cualquier tipo de público.
Leyenda del Salto de Roldán
Existe una leyenda situada en esta formación geológica según la cual, Roldán —comandante de los francos—, en su retirada hacia lo que hoy en día es Francia, fue rodeado en la peña Amán. Viéndose sin otra salida, espoleó a su caballo y saltó hasta la peña de San Miguel, dejando allí marcadas las huellas del caballo.
Visitar el Salto de Roldán
La visita es bastante sencilla. Justo al lado del salto tenemos un pequeño aparcamiento —para unos 10-12 coches como mucho—. Desde que dejamos la autovía A-23 —salida 375 hacia Nueno/Sabayés— tan sólo tenemos 20 minutos en coche. Eso sí, el último tramo de carretera es muy malo, el asfalto está en muy malas condiciones y sólo cabe un coche —si te encuentras a alguien de frente es muy probable que uno de los dos tenga que echar marcha atrás—.
Una vez en el aparcamiento, no hay pérdida. Desde allí mismo ya vemos ambas peñas y el salto aunque, si queremos tener una vista mucho mejor, podremos ir andando al mirador que está a unos 800 metros en dirección norte. El sendero está en perfectas condiciones y se puede llegar hasta él en coche para casos de personas con movilidad reducida.
Subida a la peña de San Miguel
Desde el aparcamiento también podemos subir a la peña San Miguel aunque la subida no es fácil.
Desde el primer momento la pendiente es pronunciada y la situación «empeora» cuando se llega a la vía ferrata —sencilla—, única forma de llegar arriba de la peña. Si eres una persona que estás en forma, no vas a tener ningún problema en subir y bajar. En cambio, si no eres una persona especialmente deportista, a lo mejor subir a lo alto de peña no es la mejor opción.
Desde lo alto de la peña de San Miguel encontrarás unas magníficas vistas de la peña de Amán, del oeste de la Sierra de Guara y de toda la depresión del Ebro, llegando incluso a ver la sierra del Moncayo y los puntos más altos del sistema ibérico.